Debido a la erosión provocada por el mal tiempo, los angelitos que decoran el casino se han ido deformando por el paso del tiempo. Hasta tal punto que, tras muchos años de aguantar contra "viento y marea", la cara de uno de los ángeles prácticamente desapareció. Pero "no problem". En 2008, durante las reformas que se llevaron a cabo en el Casino, algún ilustre artista decidió darle forma de nuevo al rostro angelical, y el resultado es un "Ecce Homo" a la sardinera:
El Ecce Homo de Santander |
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