Chema nos envía esta noticia que llama tanto la atención. Sucedió en Marruecos, Zahra Aboitalib quedó embarazada en 1955. Nueve meses después fue a dar a luz al hospital de Casablanca, pero tras un tiempo allí y ver a una mujer morir tras hacerle una cesárea, le entró pánico y salió corriendo del lugar hasta su pueblo en las afueras de la capital marroquí. Tras un rato, el feto dejó de patalear, y Zahra lo consideró dormido (hay una creencia marroquí sobre los niños dormidos, que dicen que se quedan en el vientre para proteger su honor).
Lo sorprendente del caso es que el organismo de la mujer aceptó el feto como un órgano más, y ha sido ahora, tras 56 años de mantenerlo en su vientre, cuando tras una operación le ha sido retirado, estando ya totalmente calcificado.
A los bebés que sufren este tipo de problemas se les llama lithopedions (bebés de piedra) y sólo se han documentado 290 casos en toda la historia.
Fuente:
Crónica
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