Hoy he estado leyendo un poquito sobre este turbio turbio turbio tema, me quedo con éste artículo:
Lo que viene a decir es que, a diferencia del modelo de financiación anglosajón, en el cual las donaciones son totalmente privadas (algo bastante lamentable a mi juicio ya que favorece la proliferación de intereses y la prostitución de los cargos públicos), aquí tenemos un modelo mixto, es decir, tanto público como privado. El problema es que las donaciones públicas son anonimas, es decir, tu no sabes quien está financiando las campañas de los políticos a quienes vas a votar, es decir, que no vas a saber realmente hacia donde va tu voto y acabamos como estamos, con un gobierno que se dice de izquierdas haciendo políticas derechistas.
Que quede claro que estoy totalmente en contra de la manera de hacer "política" que tenemos hoy en día, pero eso no me exime de tener una opinión.
En fin, echadle un ojo al artículo si os interesa el tema porque hay tela que cortar.
Un saludo.
Interesante artículo Luisma. Ya sabes que en muchos aspectos no compartimos el mismo punto de vista (de ahí que te pidiera colaboración para el blog), sin embargo en este aspecto no podría estar más de acuerdo.
ResponderEliminarEn el mundo político en el que nos movemos hoy en día, la imagen y sobre todo el impacto mediático que tenga la campaña electoral es fundamental. Muy poca gente mira realmente los programas electorales de cada partido. Es triste sí, pero cierto. Votar a un candidato en función de "si te cae bien o no" sin tener en cuenta su programa político está a la orden del día. Tenemos dos ejemplos bastante cercanos, uno Revilla, que su aspecto y actitud cercanos han hecho que se convierta en un "político del pueblo", nada más lejos de la realidad. El otro es también bastante claro, el Rey Juan Carlos. ¿Quién no ha oído alguna vez la mítica frase "A mí me gusta, es muy campechano"?
En cuanto al tema concreto de la financiación, tenemos la anglosajona, que si bien estoy de acuerdo en que desvirtúa muchísimo la política, por lo menos "eres consciente" de a quién votas. En el caso de las financiaciones de nuestro país, es aún peor, ya que, aunque más o menos te hagas una día, realmente "votas a ciegas", aunque entre los dos partidos mayoritarios hay una diferencia ostensible, que se palpa sobre todo en los medios de comunicación.